(Publicado por primera vez en Mindalia) Todos solemos postergar, dejar para otro momento lo que nos propusimos hacer. Es curioso que si otros nos mandan hacer algo o nos comprometemos con otra persona, no solemos postergar. Las obligaciones o las urgencias las hacemos de manera muy efectiva. Se trata más de las cosas nuestras, lo que nos gustaría hacer o sabemos de tendríamos que hacer. Este es el tipo de postergación que me interesa y el que más observo. Y, sinceramente, el que yo he practicado durante muchos años….
Según la RAE, viene del latín post tergum (“detrás de la espalda”) y significa “Hacer sufrir atraso, dejar atrasado algo”. En definitiva: es el mal hábito de aplazar. Pueden ser grandes cosas o pequeñas como pasar el aspirador. Tiene mucho que ver con la personalidad de cada uno, porque hay personas comprometidas, resolutivas y activas con su vida mientras que otros tienden a no encontrar placer en cumplir sus objetivos o no sienten un compromiso consigo mismo.
¿Qué sueles dejar para mañana?