¿Qué es?

«Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses».

 

Este texto se podía leer en el templo de Apolo en Delfos, en la sala donde la Sibila (la mujer entrenada desde niña para revelar el mensaje de los oráculos) atendía tu pregunta a los dioses. Hace más de 2500 años ya nos dijeron cuál era el camino: el auto-conocimiento. Los antiguos griegos creían que ninguna pregunta a los dioses tenía sentido si no respondemos antes la más importante: ¿quién soy yo?

Te propongo un minuto de honestidad. Cierra los ojos y pregúntate: ¿sé quién soy?

Dentro de todos existen un impulso de ser felices. Es un compromiso y casi una obligación, ¿verdad? Cualquier forma de vida en este Planeta tiene ese instinto. Seguro que tú también sientes ese impulso. Por eso estás aquí, leyendo esto. Y claro, lo has adivinado, ¿cómo puedes ser feliz si ni siquiera sabes quién eres?

Toda nuestra vida se ha construido hacia fuera y nos aterra mirar dentro nuestro. Nuestra cabeza va sola haciendo bucles y no podemos pararla. Las emociones nos secuestran, nos dan miedo o las metemos en armarios. No hacemos lo que queremos y no podemos evitar hacer cosas que no queremos. Nos saboteamos constantemente. Vamos corriendo y corriendo esperando que las circunstancias nos den paz, porque somos incapaces de parar nuestra batalla interna. Somos una sociedad de ignorantes emocionales.

Te lo vuelvo a preguntar: ¿de verdad crees que si no pones orden interno vas a sentirte a gusto contigo?

Somos víctimas de sistemas educativos que no han tenido en cuenta la Inteligencia Emocional y por lo tanto no nos conocemos, no sabemos sentir ni gestionar nuestras emociones, no sabemos tener relaciones honestas. Pero eso también se puede aprender. Y nos toca hacernos responsables de esa parte de nuestra educación como adultos.

Esto empieza en ti. No está fuera.

 

De manera que si sientes:

  • Que hay una versión mejor en tu interior pero no sabes cómo acceder a ella
  • Que es dentro, y no fuera, donde están las claves
  • Que tienes equipaje que no es tuyo o que ya toca soltar
  • Que lo que te limita o bloquea es algo interno que no puedes evitar que surja
  • Que hay demasiado ruido en tu cabeza y en tu corazón
  • Que hay cansancio de no entender
  • Que es el momento de conocerte
  • Que necesitas estar a gusto contigo
  • Que quieres sentirte de otra manera

 

Si algo de todo esto resuena contigo, quizá puedas plantearte empezar a trabajarte. De la misma manera que sabes que si quieres tener unos músculos definidos tienes que hacer deporte, la mente hay que entrenarla, la inteligencia emocional hay que aprenderla e integrarla, los hábitos hay que saber manejarlos, las reacciones hay que cambiarlas… Y esto no pasa solo (porque ya hubiera pasado, ¿no crees?).

Funcionamos en un 95% de manera inconsciente, así que no te sientas mal si no puedes parar tu mente o no puedes cambiar un hábito. Vas en automático y desde ahí no puedes más que ser testigo de bucle mental, de cómo las emociones te secuestran o de cómo no haces lo que quieres o no puedes evitar hacer lo que no quieres. Tu sistema está hecho para tenerte a salvo, no para hacerte feliz. Eso es un progreso del que te tienes que apropiar tú. Y este progreso está inventado, ya existe cómo hacerlo.

Ahora, imagina tu vida con coherencia: lo que dices, piensas, sientes y lo que haces están en armonía. Básicamente es nuestro reto como humanidad ahora. Y sinceramente ¿no es lo que todos queremos en el fondo? ¿No quieres calma, tranquilidad, seguridad y silencio? ¿No te cansas de tanto saboteo y frustración? ¿No quieres vivir a gusto contigo?

Eso es posible, pero hay que poner orden interno, tienes que conocerte, tienes que apropiarte de tus automatismos y de tus reacciones. Es un entrenamiento.

Y este no es un camino tan largo o complicado como crees. No hay tantos árboles que derribar para ver el paisaje. Quien tú Eres, ya lo Eres. Sólo hay que acceder a ese espacio interno. Vivimos desde nuestra periferia, desde lo que hemos aprendido, pero no desde lo que Somos. Así que no es buscarte, sino encontrarte.

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