Nuevo artículo en Mindalia: El caudal de mis pensamientos

articulo_mindalia_el_caudal_de_mis_pensamientos(Publicado por primera vez en Mindalia) Como olas infinitas en un mar eterno, cada pensamiento sigue a otro. Y a cada pensamiento le acompañan imágenes, emociones, recuerdos y diálogos en una película que se proyecta constantemente en mi cabeza. ¿Qué me cuenta mi película? ¿Qué te cuenta a ti la tuya? ¿Qué nos hace creer y hacer esa película? ¿Cuál es su función?

Cuando vamos al cine y nos sentamos en la butaca esperamos que la historia que nos van a contar nos transporte a otros mundos, nos descubra cosas, nos entretenga o nos emocione. Pero sabemos que cuando se enciendan las luces, volveremos de ese viaje a vivir nuestra vida. Eso no pasa con la película de nuestra mente: la vivimos como si fuera real. Y no dejan de ser imágenes que sólo están en una pantalla mental. Y los recuerdos son trazas de un pasado que no están en este presente, aunque parece que sí. Y los pensamientos nos hacen emitir juicios y nos llevan a actuar de una manera concreta; con otros pensamientos, tenemos otras conductas. ¿Qué hace que creamos que todo eso es verdad? Un pensamiento no tiene la capacidad por si mismo de ser Verdad. Un pensamiento es el dedo que apunta a la luna, pero no es la luna.

En la calle, en el metro, en cualquier sitio, puedo ver a la gente mirando su teléfono móvil, hipnotizados por lo digital, sin ser conscientes de lo que les rodea, separados de su entorno, incomunicados dentro su propio mundo. Y me parece simbólico, porque eso es lo que hacemos todo el tiempo: vivimos hipnotizados por la marea personal de pensamientos que nos dice quiénes somos y qué hacer. Ese diálogo interno lleno de ruido nos mantiene presos, separados del mundo, igual que los otros. Así vivimos constantemente.

Carlos Castaneda nos contaba a través del chamán Juan Matus que hay una razón para todo esto: “Los predadores nos dieron su mente, que se vuelve nuestra mente. La mente del predador es barroca, contradictoria, mórbida, llena de miedo a ser descubierta en cualquier momento.” De esa manera tenemos un sistema de control perfecto e invisible. Se produce un adormecimiento en mirar constantemente una pantalla, ¿verdad? Es como un atontamiento. Así me siento cuando me dejo engatusar por mi pantalla mental.

Se dice que tenemos unos 60.000 pensamientos diarios y que la mayoría ya los pensamos los días anteriores y son negativos. Si algo no me funciona busco otra cosa, pero no con los pensamientos: a pesar de no darme la solución, los sigo pensando una y otra vez. A veces observo hacia dónde me quieren llevar los pensamientos y sé que ya he estado ahí. Al creerlos se limitan mis posibilidades únicamente a lo que esos pensamientos me dicen. No hay libertad dentro de mí si no tengo opciones.

Si pudieras tener otros pensamientos, ¿cuáles serían?

 

Nuria Velasco

Coaching, PNL y Registros Akáshicos

www.tulibrodelavida.com

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