(Publicado por primera vez en Mindalia) Si eres de los que piensa o siente que su vida no es la ideal, bienvenido a este artículo. Quizá no quieras cambiarlo todo (o sí), quizá creas que no está mal pero que algo se podría mejorar o quizá no te guste nada de ella.
Tendemos a observar los errores y lo que no nos gusta. Y eso está bien si nos lleva a corregirlos, pero hay una focalización generalizada en lo que no queremos o lo que no nos gusta. Esa atención excesiva no nos ayuda a poner la energía en lo que sí queremos. Es más, es muy común que tanta focalización en lo que no queremos lo haya aumentado.
¿Qué pasaría en tu vida si dejas de prestar tanta atención a lo que no te gusta?
Que tendrías más tiempo para prestarle a lo que sí te gusta. La mente no puede estar en dos sitios simultáneamente, así que es una decisión que has tomado. Repito: mirar los problemas no los soluciona. Pero buscar una respuesta sí. Sé consciente de los problemas pero presta más atención y energía a la solución. La atención es energía, son recursos, son posibilidades, es estar atento a las oportunidades, es tener la antena sintonizada en algo concreto. Ahora date cuenta de si sueles estar más pendiente del problema o de la solución. Hay una enorme diferencia.
En las consultas me encuentro con gente que tiene verdaderas dificultades para definir lo que sí quiere. Tienen muy claro lo que no, pero eso nunca les va a llevar a donde quieren, porque no saben dónde quieren estar en realidad. Es un hábito de pensamiento y de enfoque, con lo que hay que ir domando nuestra atención en nuestro beneficio.
Algo que te puede ayudar es la visualización. Trata de alcanzar un estado de relajación mental y emocional para que las imágenes no tengan obstáculos para aparecer y visualízate a ti mismo en una escena de un futuro cercano donde estés viviendo tu vida ideal. Permite que surja, no te de vergüenza, ni creas que eres superficial si lo que quieres es una casa bonita o adelgazar. Nadie va a juzgar lo que estás haciendo en ese momento, date el permiso de que surja de ti lo que realmente quieres para tu vida. Atrévete a jugar.
En esa imagen mental, puedes hacerte consciente de lo que tu inconsciente quiere para ti, de cuúales son en realidad tus sueños. Observa qué haces, dónde, quién está a tu lado… Trata de tener las sensaciones físicas que acompañan a esa imagen: observa los colores, escucha en tu cabeza los ruidos como si pudieras realmente oír, entiende la conversación si es que estás hablando con alguien, nota en tu piel la temperatura de ese escenario. Pero sobre todo siente las emociones que se derivan de estar viviendo esa situación. Quizá sea tranquilidad, alegría, alivio, sentirse realizado, felicidad, descanso…. lo que sea, sé consciente de esas emociones.
Ahora pregúntale a tu “yo futuro” qué hizo para conseguirlo, qué ha cambiado de su vida para estar ahí, cómo lo ha hecho, qué ayuda ha tenido, cuál fue el primer paso que dio, cuáles fueron las dificultades que se encontró, cómo las resolvió, qué recursos internos puso en acción….. Hazle todas las preguntas que necesites para darte cuenta de qué le falta a tu presente, hacia dónde te gustaría ir, qué tienes que hacer para lograrlo y cómo hacerlo.
Esta es una herramienta poderosísima del Coaching Apreciativo, no es banal. Esa imagen puede convertirse en un gran impulsor de tu vida porque te hace sentir en presente lo que sí quieres y cómo lo quieres. Cuanto más te emocione esa visualización, más atención y energía pones ahí y se la quitas a lo que no quieres o no funciona de tu vida. Después hay que ponerse en acción o sólo será un deseo, no una realidad. Tu inconsciente tiene las claves y tú sólo tienes que poner en marcha tus capacidades.
¿Cuál es el futuro que quieres para ti?
Nuria Velasco
Coaching, PNL y Registros Akáshicos