La prisión está en nuestra mente.
El infierno propio lo creamos a golpe de mente.
Si observas lo que piensas y cómo te hace sentir lo que te dices, verás que no eres libre.
Vayas donde vayas, irás contigo.
Te seguirás diciendo esas cosas.
Ningún pensamiento tiene la cualidad de ser verdad.
Sólo son pensamientos.
Dedos que apuntan a la luna.
Eres tú quien crea esa realidad, repitiendo cada día los mismos pensamientos que pensaste ayer, y antes de ayer, y el anterior…..