Nuevo artículo en Mindalia: Sin miedo al Miedo

(Publicado por primera vez en MIndalia) Es muy interesante cuando aprendemos a identificar y entender nuestras emociones, darnos cuenta de lo diferentes que son a lo que creíamos. Ya hablamos en otro artículo sobre la Rabia, lo útil e importante que verdaderamente es. Pero tengo que reconocer que el Miedo es mi emoción favorita para trabajar.

Volvemos a partir de la base de que ninguna emoción es buena o mala, sólo es positiva o negativa la forma en la que las gestionamos. Todas las emociones tienen una función necesaria y el miedo es fundamental para nuestra supervivencia. Si no tuviéramos miedo, no nos protegeríamos de los peligros y moriríamos fácilmente. Pero el miedo es útil para más cosas: podemos hacer hazañas increíbles gracias a su energía, nos ayuda a estar pendientes y concentrados, nos hace prudentes…

Obviamente no voy a hablar aquí de los miedos de alta intensidad, fobias o traumas. Sino de los que tenemos todos a diario.

Sabemos que el miedo siempre se siente ante una amenaza o un peligro, y da igual que sean reales o no. Eso es muy interesante, porque tenemos una alarma que salta y nos prepara para la respuesta lucha/huida/congelación pero no hay ningún animal del que huir, ningún peligro “real”. El cerebro no ha evolucionado mucho desde que teníamos que protegernos de depredadores.

Muchos de nuestros miedos (la mayoría) son irreales. Es decir: no existe una amenaza real en este momento. Experiencias de nuestro pasado o del pasado de otro, vienen a nuestro presente en forma de recordatorios para que no las repitamos. Sufrimos en algún momento en nuestra vida y no queremos volver a sufrir, o no queremos que otros sufran. Nuestro miedo nos recuerda que aquel dolor que sentimos aquella vez, puede volver si no le hacemos caso. En general, tenemos tanto miedo al miedo, que nos creemos lo que nos dice nuestra cabeza.

El miedo es ese compañero fiel que SIEMPRE va a protegernos de pasar de nuevo por el dolor. Si pasó una vez, y tuvo la suficiente intensidad, se quedó grabado como un automatismo en nuestro cerebro reptiliano y se activa solito cada vez que las circunstancias se asemejan. El miedo convertido en programa nunca se olvida de defendernos, por mucho tiempo que pase. Y esa defensa pasa por bloquearnos el paso para que no podamos volver a ser heridos. Así de increíble y poderoso es nuestro compañero.

Nuestra zona de confort tiene las barreras hechas de miedos, de recordatorios de cosas que no debemos volver a hacer para no sufrir otra vez. Vivimos en prisiones hechas de imágenes y emociones del pasado que nos impiden vivir de otra manera. Nuestro miedo quiere que no suframos de nuevo pero a cambio nos da angustia, ansiedad y parálisis para que no avancemos. ¡Luego sí sufrimos!. Nuestro miedo no nos protege del sufrimiento, porque no vivimos liberados y en paz: vivimos con miedos. ¿Veis la ironía?

El miedo que sentimos ahora, nació como consecuencia de unas circunstancias concretas en nuestro pasado, luego jamás se podrán dar esas exactas circunstancias de nuevo. Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río. Eso es lo primero que tenemos que tener claro. Que pasara una vez no significa que tenga que volver a pasar (a no ser que nuestra creencia sea que sí va a volver a pasar, con lo que pasará). Traemos un suceso de nuestro pasado y lo proyectamos a futuro para protegernos, pero no se puede repetir el pasado, luego no nos puede proteger correctamente, porque hemos cambiado nosotros y las circunstancias. En cambio, una vez activado y no gestionado, el miedo puede bloquearnos, volvernos temerosos, estresarnos, confundirnos, impedirnos pensar con claridad, etc. No somos nuestra mejor versión ni accedemos a nuestros recursos con ese cuadro emocional. Pero lo que me parece más peligroso es que ese miedo a que algo pueda repetirse en un futuro posible nos impide vivir libres. Nuestros miedos son nuestros carceleros. Vivimos culpándonos de nuestro pasado y teniendo miedo al futuro. Es agotador.

Cuando se hace la gestión emocional de un miedo, la persona consigue mucha información útil sobre quién fue y quién es ahora. Entiende que el miedo se convierte en amigo al escuchar su mensaje y se queda como un aliado para ayudarle a estar pendiente y concentrado, para que no se olvide de estar presente, de ser consciente, de estar atento, de prestar atención a lo importante….. Después de gestionado, no hay más miedo a ese miedo.

Habla con tu miedo porque al hacerlo, estarás accediendo a un recurso increíble que vigilará por ti y te aconsejará. Recuerda que tus emociones son tuyas, son tu responsabilidad y traen un mensaje para ti. No tengas miedo de tu miedo o no estarás entendiendo esa parte de tu vida.

 

Nuria Velasco

Coaching, PNL y Registros Akáshicos

www.tulibrodelavida.com

 

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